Cursos disponibles

La Francmasonería no es otra cosa que una escuela donde se aprende el arte de vivir. Y ello se efectúa filosofando, es decir pensando sobre la vida. Esta reflexión, realizada con la ayuda de símbolos basados en el arte de la construcción, se realiza gradualmente partiendo del ser individual, para luego pasar al estudio de la sociedad y por último a la acción de los individuos en dicha sociedad. El reto es actuar de conformidad con los caminos que uno mismo se ha impuesto fruto de la reflexión.

Sin embargo, la trascendencia no es posible sin que previamente las enseñanzas se hayan interiorizado en nuestro propio ser, de ahí que la docencia masónica constituye el fundamento del quehacer masónico, los cimientos y columnas sobre los que se levanta el templo.

Actualmente se constata un deterioro en el proceso de docencia masónica, lo que ha debilitado la práctica de los principios y valores que son la esencia de la Francmasonería. El actual sistema ha sido, preferentemente, el de libre elección de temas faltando mecanismos adecuados para la instrucción  que permitan su permanente superación. Una gran mayoría de masones piensan que el Maestro ya no requiere de docencia masónica.  En los programas de trabajo no se incluyen temas de índole filosófico masónico y menos de filosofía general.

Falta mayor investigación en los temas que se exponen y mayor formalidad para presentar las planchas y trazados. La docencia se hace por medio de la instrucción sin utilizar el método de la investigación que permite obtener mejores resultados, al aprovechar la capacidad intelectual de los hermanos.